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Ajo

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Una de las propiedades más importantes del ajo para cuidar la salud es la protección contra enfermedades cardíacas mediante la reducción del colesterol, triglicéricos y disminución de la presión sanguínea. Dilata las paredes de los vasos sanguíneos, mejorando la circulación.
También actúa como anticoagulante plaquetario, reduciendo el riesgo de coágulos sanguíneos y previniendo ataques cardíacos.
El nombre científico del ajo es Allium sativum. En inglés se dice garlic; en francés, ail; en italiano, aglio, y en portugués, alho.
La planta de ajo pertenece a la familia de las liliáceas. Alcanza una altura
de 70 cm, y sus hojas son estrechas y alargadas. Sus flores son pequeñas y
blancas, poco olorosas, y nacen en la parte alta del tallo, formando una
especie de sombrilla.

Flor de ajo

El bulbo (lo que comemos) tiene forma oval y está recubierto por una tela con aspecto de papel. Dentro se encuentran los gajos o dientes, cuya consistencia, olor y sabor son fácilmente identificables.
Se cultiva plantando los dientes a final del verano, sobre tierra liviana y con humus, dejando una distancia de 30 a 50 cm entre cada planta. Generalmente se cosechan a los seis meses.
El uso del ajo como condimento está difundido en todo el mundo.
Por su especial sabor, se lo agrega en numerosas comidas, frías o calientes, asadas, fritas o guisadas.
Puede usarse como reemplazo de la sal de mesa para dar sabor a ensaladas,
carnes y sopas.
También se vende molido, como sal de ajo.

Ajo en la cocina

Sin embargo, sus virtudes medicinales y curativas son poco conocidas.
Se cree que el ajo proviene de los desiertos de Asia Central pero, desde la
antigüedad, es conocido en Europa, Egipto, China e India.
Era alimento habitual de los trabajadores egipcios y, luego, de los soldados romanos.
Hipócrates y Dioscórides mencionan en sus obras la importancia medicinal que posee.
El ajo es un medicamento notable, cuyas virtudes se emplean desde la
antigüedad.
Sus resultados son excelentes en todo tipo de afecciones de vías respiratorias y pulmonares, como gripe, sinusitis, resfriado, tos, ronquera, catarro, bronquitis. Tiene propiedades antivirales y antibacterianas. Es un
antibiótico natural. Refuerza el sistema inmune manteniendo el balance de la flora intestinal.
Favorece la digestión a través de la estimulación de la producción de bilis y ácido clorhídrico en el estómago.
Es agente antifúngico efectivo contra candidiasis, infecciones vaginales y contra la mayor parte de los hongos patógenos.
En el caso de insomnio, se aconseja una infusión de leche y ajo. Se lo emplea también como laxante y para limpieza estomacal, elaborado como tintura.
Además, preparado en decocción, es eficaz como vermífugo, es decir, para
eliminar lombrices intestinales.
Junto a otros ingredientes, se usa en la preparación del vinagre antiséptico
excelente para limpiar heridas y desinfectarlas.
Para el reumatismo se lo prepara en cataplasmas y para los callos, se elaboran ungüentos.
Cada vez más médicos lo aconsejan como alimento para combatir la presión
arterial.
Estudios recientes han determinado que el ajo, no solo ayuda a prevenir el
cáncer, sino que puede ayudar a pacientes que ya lo padecen.

Formas de preparación:

Como información adicional compartimos este video acerca de las propiedades del ajo:

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